TIC TAC

   El reloj de la cocina del pueblo petó. Y como allí lo primero que hacemos al llegar es quitarnos el reloj pues perdimos la unica referencia para distinguir el día de la noche. Bueno, he exagerado un poco, je, je. El caso es que necesitaba un reloj nuevo. Pero tambien quería que tuviera un toque personal. Y como una no tiene labores empezadas (sólo dossscientas o trescientas) pues aquí me tienes empezando otra. Pero esta vez cortita y low cost que se dice ahora: viaje a esa tienda a la que vamos todas cuando necesitamos redecorar nuestra vida y donde los muebles tienen nombre de enfermedad (como no me paga la promo pues no digo el nombre, hala). Volví con la caja para mi reloj, paños de cocina, una lámpara, un cortador para la pizza, y nosecuantas cosas más, ya sabeis como va eso, En fin, todo sea por activar la economía.

 Un log cabin facilito que saqué de un libro que tengo hace años, restos de telas de otras labores y un mecanismo de reloj que compré por cinco euros a un relojero superamable que me enseñó a montarlo.

    !!!TACHAN!!! Reloj nuevo por doce euros mano de obra aparte y además modelo exclusivo. Los numeritos los compré en una tienda de manualidades a 50 céntimos cada uno. Así que ya veis, una vez queda demostrado que el patchwork no es caro y puede ser práctico. Ahora cada vez que miro la hora me siento orgullosa.
   Si os interesa hacerlo y quereis el patrón de la casita, dejadme un comentario y os lo envío en cuanto pueda.
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Aquí podeis verlo colgado en su pared. Aunque aquí no se ve muy bien el color del tejado de la casita es el mismo de la pared

Besos y abrazos para todas.